viernes, 6 de marzo de 2009





-No busques placer, nena- susurra Franden en su oído.
-Hablás como si la muerte fuera esto- le dijo-. Voy a desprenderme los zapatos para que te des cuenta, voy a cantarte una canción con mis labios de rouge.
-Miralos a los ojos como si fueran volcanes.
-Las luces son más volcanes que esos ojos, que todos los ojos que jamás vi.
-Pero esas son cosas de las que no sabés- niega él mientras mastica carbón.

-Los ojos que vos tenés sí que son volcanes.
-¿Podrías jurarlo?
-No tendría sentido.

-Ya veo.

-Es que de rodillas te veo mejor, tu rostro se ve mejor, con una nitidez desconocida.

-Para que me veas así tuve que quitarme el traje de proxeneta, pinturrajearme la cara detrás del mostrador en cuclillas, después del último whisky, y empolvarme la nariz como si fuera un sucucho reciclado del ayer.


Y se callan.


1 comentario:

Otrora Elgrandi dijo...

estan en un edificio de un piso o en un hotel de dos, como me gustaría que irrumpiera una estampida de corceles blancos rabiosos por la puerta